NO SE LA CREYÓ EL PERÚ, PERO SÍ LIMA.
Recuerdo muy bien la campaña de
Keiko Fujimori para la Presidencia de la República en el año 2011, todos los
medios de comunicación, en su mayoría enfrascados en seguir el mismo rumbo
económico, en respetar una constitución creada en un Autogolpe de Estado en Abril
del 92. Decenas de miles que marchaban por las calles del Paseo Colón, todos
con un polo de quien fue para muchos el derrocador del terrorismo, la solución
a la hiperinflación y el principio del olvido del terror vivido desde los años
80: Alberto Fujimori.
Esa misma calle que acaba en la
histórica Plaza Bolognesi, donde en una esquina cercana se ubicaba el local
partidario del hoy llamado “Fuerza Popular”, donde la canción del “Chino,
Chino, Chino…” era el padre nuestro de todo los días. Una campaña fujimorista donde la base de sus
propuestas y plan de trabajo se inclinó por hacer recordar a la población lo
hecho por el hoy condenado ex presidente en la década de los 90.
Ahí estaba la población enfática,
fervorosa alzando las banderas naranjas en los barrios populares. Muchos
recuerdos se suman a mi pensamiento. ¿Qué parecido podríamos encontrar en la
campaña de Keiko Fujimori y Luis Castañeda Lossio? Los dos centraron su
seducción política al ciudadano en lo realizado por su gestión anterior. Y
bueno sigamos con los parecidos, los Fujimori violaron derechos humanos y son
considerados como uno de los gobiernos más corruptos de nuestro país; por otro
lado, Castañeda Lossio y el caso COMUNICORE donde nadie sabe cuál fue destino
de aquellos 21 millones de dólares es considerado como el mayor robo a la
comuna limeña. Claro la única diferencia
bien marcada sería: Castañeda no tuvo un padre como antecesor, Keiko sí.
Y así los dos utilizaron la misma
calle limeña como centro de campaña, utilizaron la misma estrategia con los
vecinos de lima para despertar una cierta nostalgia en las obras y despertar
sentimientos populistas. El individualismo
es una cualidad apriori en nuestra nación, es algo parecido a lo que una vez
Descartes llamó “Ideas innatas”. Una indiferencia utópica establecida en
nuestras sangres mestizas. Esto conllevó a una frase que derrumba la dignidad
del ciudadano “Roba, pero hace obra”.
Me llamó la atención al revisar
los resultados de la encuestadora Ipsos sobre los posibles resultados aquella segunda
vuelta en las elecciones presidenciales del 2011- Ollanta Humala Tasso 52.6% y
Keiko Fujimori 47.4%. Ahora siendo 2014,
la misma encuestadora arroja lo siguiente- 41% de limeños votarían por el líder
de Solidaridad Nacional sin importarle los actos de corrupción “simplemente
queremos obras, lo demás no interesa”. Es verdad, ya tenemos electo alcalde,
pero vale la pena la comparación.
¿Hasta dónde ha decaído la
democracia? Hago esta comparación porque aquel 2011 ese gran porcentaje votó
por la hija de Fujimori porque simplemente querían obras y beneficios, lo demás
no interesaba, una amnistía hacia ello. Igual caso con Castañeda, ese 50.1%
emitió su elección al sol de Solidaridad
sin importarle que hasta el día de hoy seguimos esperando una
explicación sobre el famoso proyecto del monorriel que costaría como bien dijo
Enrique Cornejo; más de 2 mil millones de dólares a la municipalidad limeña.
No obstante, fue la misma calle y
la misma plaza, la cual recibió hace 3 años a los seguidores del “Chino” y el
pasado domingo fue escenario de celebración por parte de los seguidores del
“Mudo”.
No quiero menospreciar a quienes
votaron en aquella oportunidad por la lideresa de Fuerza Popular, pero hago hincapié
en nuestra conciencia ciudadana. No sería ilógico pensar que la gran mayoría
que votó por Keiko ahora haya votado por Luis Castañeda. ¿Qué futuro espera a
la ciudad de los reyes? Es incierto, un aire de “sin rumbo” se respira con este
señor.
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